Desde hace años lleva utilizando sus manos y brazos como herramientas de trabajo. Primero, como nadadora de aguas abiertas y, después, como fisioterapeuta. Elena Martínez (Barcelona, 1986) nos recibe en su nueva consulta de Mataró para charlar sobre lesiones, estiramientos, psicología y natación, entre otros temas. Subcampeona de España de 10 km y 10º del mundo en 25 km, día tras día trata triatletas populares que persiguen sus sueños.
En una de las paredes de tu consulta hay grabada esta frase: “La gota de agua no perfora la piedra por su fuerza sino por su constancia”. Aplicable al deporte y a la fisioterapia.
Es una frase que llevaba escrita siempre en el corcho cuando entrenaba. Cuando era nadadora se me había dicho que no tenía las condiciones físicas necesarias para llegar a cierto nivel y mi vía para alcanzar el éxito fue la constancia. Cuando colgué el bañador y me puse a trabajar apliqué este lema a mis pacientes, ya que con constancia hay lesiones que se pueden llegar a curar.
A través de las redes sociales, agradecen tu trabajo personas que han hecho, por ejemplo, la maratón Firenze, la Ultra Trail Collserola, el Ironman Barcelona y el de Frankfurt, y en algunas de estas pruebas has asistido. ¿Qué supone esto para ti?
Cuando decidí hacerme fisioterapeuta, un aspecto clave fue mi vida como ex deportista. El trabajo actual me permite mantener vivo el espíritu de deportista, además de la satisfacción de poder ayudar a mis pacientes no solo como fisioterapeuta, sino más allá.
Sin duda, uno de los sectores que se han visto beneficiados directamente del boom de correr y del triatlón es la fisioterapia. ¿Los deportistas populares la tienen en cuenta?
A veces sí porque el deportista amateur suele sufrir muchas lesiones por varios motivos. El primero, porque les falta una base. El segundo, porque no solo realizan deporte. Tienen una familia y un trabajo y no pueden hacer el llamado entrenamiento invisible, que engloba una buena alimentación y un buen descanso. Como el deporte es su vía de escape, cuando se lesionan nosotros somos su salvación. En cambio, muchas veces no nos tienen en cuenta en la prevención. Se podrían prevenir muchas lesiones si vinieran cuando no les duele nada.
¿Qué tipo de lesiones son más habituales entre los triatletas?
Está claro que el deporte más lesivo es correr. Tenemos varias lesiones, como una periostitis cuando el triatleta empieza a correr y la musculatura no está preparada hasta una fascitis plantar o una tendinitis. En la bicicleta, normalmente no encontramos tantas lesiones, excepto si la posición del triatleta en la bici no está bien regulada, por ejemplo. La natación, al ser el sector más corto, no provoca tantas lesiones aunque siempre hay alguna tendinitis del supraespinoso o alguna sobrecarga.
¿Qué diferencias destacarías a nivel muscular entre un triatleta de corta y uno de larga distancia?
El triatleta de corta distancia, si está preparado para ello, tiene una musculatura más hipertrofiada, más voluminosa y explosiva, mientras que el de larga distancia acostumbra a tener menos volumen pero es más elástica. A nivel amateur, lo habitual no es ver grandes diferencias pero en profesionales sí que se nota más.
Después de la exigencia muscular que requiere un triatlón de media o larga distancia, ¿qué partes del cuerpo quedan más resentidas?
Como generalmente la natación ocupa un espacio reducido de tiempo en comparación con los otros sectores, no encontramos una sobrecarga importante. En cambio, todo lo que es tren inferior, después de un triatlón de larga distancia, encontramos una información post-competición brutal. Tanto que se aconseja no hacer trabajo de fisioterapia hasta 48 horas después de la prueba para que pueda bajar la inflamación.
Ahora hay mucha gente que se inicia en el triatlón. Como fisioterapeuta, ¿qué les recomendarías?
Lo primero de todo, y en eso soy muy cabezona, es que se pongan en manos de un profesional del deporte con título. No es un juego y tiene que estar bien pautado porque si no, nos podemos hacer mucho daño. Hay que empezar progresivamente. Hoy día parece que todo es hacer un Ironman, y no es así. Algunos se preguntan dónde está el límite. Búscalo, búscalo que lo encontrarás, y te harás daño.
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Por otro lado, están los especialistas en biomecánica, para tener una correcta postura sobre la bici, y los podólogos para la pisada. Por último, estamos nosotros para recomendar un buen calentamiento, estiramientos, entrenamientos funcionales etc.
¿Qué estiramientos nunca pueden faltar antes de un buen entrenamiento?
Antes de ponerse a entrenar yo recomendaría un buen calentamiento y estiramientos más dinámicos. Sobre todo, también es importante trabajar la flexibilidad muy a menudo. Normalmente, el deportista popular no la trabaja y es básico para evitar desequilibrios musculares que derivan en futuras lesiones.
¿Y los entrenamientos post-carrera?
Aquí se abre el debate. Ahora, hay una escuela que afirma que los estiramientos después del entrenamiento no son buenos, al contrario de lo que dice la vieja escuela. Como fisioterapeuta y como ex deportista, la experiencia me dice que después de entrenar hay que estirar. Con el paso de las horas, se produce una contracción sostenida en grupos musculares que luego necesitan de ese estiramiento para recuperarse, para mejorar la circulación de la sangre.
¿En qué grado intentas concienciar a los clientes de una buena prevención de lesiones?
Es complicado. Hay que tener en cuenta que la persona que tengo en la camilla aprovecha su hora libre de comer, o cuando los niños están durmiendo, para irse a entrenar. La prevención requiere tiempo y estar concienciado. En la medida que puedo intento convencer a los pacientes que descansen más, se hidraten, estiren o hagan abdominales.
Con ciertos clientes llegas a compartir muchas horas antes y después de una competición. ¿La psicología es una faceta fundamental?
La parte psicológica es clave porque cuando no tiran las piernas tira la cabeza. Suele suceder que hay gente que prepara una prueba durante un año, un especio de tiempo donde hay desmotivaciones, lesiones, nervios, inseguridades. A veces, hay un momento muy duro que se produce cuando al final tienen que anular la inscripción. Cuando nadaba tuve la suerte de contar con un equipo de psicólogos en el CAR de Sant Cugat y me dieron herramientas para gestionar las dificultades. Igual tú estás tratando unos cuádriceps pero estás hablando con el paciente y te está mostrando sus inseguridades. El trabajo es muscular y mental.
Hace cuatro años que colgaste el bañador. ¿Te sientes más cómoda en el agua o frente a una camilla?
Son dos cosas muy diferentes (ríe). Eso sí, cuando puedo escapar de la consulta me voy a la piscina. Creo que la natación me ha ayudado a conseguir la seguridad que ahora puedo transmitir a mis pacientes. He aprendido mucho tanto dentro como fuera del agua.
Precisamente, la mayoría de triatletas tienen su punto débil en el agua. Como ex nadadora, ¿les das algún truco?
Sí. De hecho, muchos cuando llegan a la consulta y ven mis fotos ya me preguntan por la natación, sin duda un sector complicado. A la mayoría les doy consejos y con algunos, si tengo tiempo, me voy a nadar. Es la parte que me gusta más.
Abdominales para el dolor de espalda. ¿Falso mito?
Llegada cierta edad, muchos triatletas populares tienen problemas en la zona lumbar, con lumbalgias o hernias discales. Uno de los tratamientos para esos problemas es hacer abdominales. Pero no todos valen. Para la espalda va bien trabajar el abdominal que hace de faja, que es el transverso. Para ello son aconsejables los abdominales hipopresivos, que se conocen más bien poco.
¿Y qué me dices del agua fría para las agujetas?
El agua fría va muy bien y si es con hielo, mejor. Muchos atletas profesionales cuando acaban un entrenamiento agresivo lo primero que hacen es meterse en una turbina con hielo. El agua fría aumenta la circulación y, por tanto, elimina sustancias de desecho que se han producido durante el entrenamiento y reduce el dolor.
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